Emmanuel Macron asiste a la misa del Papa a pesar de las críticas de la izquierda por burlarse de la laicidad
El presidente francés, Emmanuel Macron, rompió con la tradición y asistió a la misa que el Papa Francisco celebró en Marsella. A pesar de recibir críticas de la izquierda y la extrema izquierda, Macron justificó su asistencia al evento religioso como presidente laico de la República. La eucaristía tuvo lugar en el estadio del Olympique de Marsella y fue seguida por más de 50 mil personas.
Resulta interesante destacar que Macron se considera agnóstico, pero recibió el bautismo cuando tenía 12 años. Su presencia en la misa papal se convierte en un hecho histórico, ya que el último presidente francés en asistir a una ceremonia religiosa de este tipo fue Valéry Giscard d’Estaing en 1980.
La decisión de Macron generó polémica entre algunos sectores de la izquierda, quienes argumentaron que su presencia en la misa violaba el principio de laicidad del Estado francés. Sin embargo, el presidente defendió su posición recordando la prohibición de la abaya en las escuelas, un símbolo religioso que ha sido prohibido en el país.
Es importante señalar que la visita del Papa a Marsella no fue una visita de Estado, sino que estuvo motivada por la clausura de los Encuentros del Mediterráneo. Macron aprovechó la ocasión para reunirse con el Pontífice y discutir temas de importancia global, como la situación de África y el conflicto en Nagorno Karabaj.
Durante la misa, el presidente estuvo acompañado por su esposa, Brigitte, quien fue profesora y se jubiló en 2015. Aunque Macron ha asistido a ceremonias religiosas en el pasado, esta es la primera vez en más de cuatro décadas que un presidente de Francia asiste a una misa papal.
Si bien no existe una prohibición legal para que un presidente asista a una misa, esta no era una práctica común en el pasado. Sin embargo, algunos políticos de izquierda celebraron la visita del Papa a Marsella y destacaron la popularidad del Pontífice entre los ciudadanos.
La decisión de Macron de asistir a la misa papal demuestra su apertura hacia diferentes manifestaciones religiosas y su compromiso de ser un presidente para todos los franceses, independientemente de sus creencias. Esta acción marca un nuevo hito en la relación entre el Estado francés y la Iglesia Católica.
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