Economía

La apicultura de Guatemala sobrevive a pesar de la crisis climática y las amenazas

RIO DE JANEIRO, BRASIL – Los apicultores guatemaltecos están trabajando para mantener un negocio amigable con el medio ambiente en el país centroamericano a pesar de amenazas existentes como la crisis climática o el reciente envenenamiento de un millón de abejas en una finca en el centro del país.

A estos factores se suma la pandemia del covid-19, que, además de las más de 10,000 muertes en Guatemala en 16 meses y 340,857 casos positivos, ha provocado una disminución en la producción de abejas de alrededor del 27% el año pasado.

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Edwin Muñoz es uno de los 3.335 apicultores registrados legalmente ante las autoridades guatemaltecas, el dueño del colmenar La Joya, ubicado a unos 50 kilómetros al sureste de la capital, donde cría 150.000 abejas, especialmente la especie apis mellifera, la más prevalente de las cuales. zona.

A pesar de la importancia de las abejas en el ecosistema, la apicultura Bee Cabañas, ubicada en Antigua Guatemala en el departamento de Sacatepéquez (centro), a unos 35 kilómetros al oeste de la capital del país, fue atacada el 24 de junio (Reproducción de fotos en Internet)

Muñoz es miembro de la Asociación de Apicultores Integrados y Sostenibles (Apis), quien asegura a Efe que las abejas son consideradas un “sensor del grado de contaminación de nuestro planeta” y, como es sabido, “juegan un papel vital en la polinización”.

ATAQUE ANÓNIMO

A pesar de la importancia de las abejas en el ecosistema, la apicultura de Bee Cabañas, ubicada en Antigua Guatemala en el departamento de Sacatepéquez (centro), a unos 35 kilómetros al oeste de la capital del país, atacó el 24 de junio.

La denuncia se hizo pública rápidamente debido al envenenamiento de alrededor de un millón de abejas. El ataque fue a un “rostro tapado” que acudía a la apicultura de noche para poner un químico “que podría haber envenenado su nido”, dijo el apicultor Nel Juárez, quien dijo a medios locales tras ver una grabación de seguridad del lugar.

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Además de producir miel y otros productos, los insectos fueron el principal atractivo de la gira para dar a conocer el “mundo de las abejas”, dijo Juárez.

Para Muñoz, el crimen de Bee Cabañas es un “atentado insustituible. Es un golpe, en primer lugar, para el medio ambiente y, en segundo lugar, para los productores, porque los previene.

El Registro Guatemalteco de Apicultores (Regapi) del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (MAGA) cuenta con 5.012 colmenas y 3.335 apicultores. Más del 65% de ellos se encuentran en el suroeste del país.

La frontera entre la agricultura y la ganadería, la consiguiente crisis climática, la contaminación del agua y el desconocimiento de algunas personas están poniendo en peligro el sustento de estos insectos, fundamental para la supervivencia de la especie.

Cazador de miel

Según la cadena apícola nacional, Guatemala es considerada un productor marginal de miel, con un promedio de 2.000 toneladas anuales, muy por debajo de las 305.000 toneladas que produce China, por ejemplo.

El mayor comprador de miel guatemalteca es Alemania, que representó el 63% de la producción del país centroamericano en 2020, seguido de Costa Rica y España, cada uno con el 7%.

Aunque Guatemala apenas consume en promedio una cucharadita de miel per cápita al año, y en Europa, por ejemplo, llega al kilogramo per cápita al año, el país centroamericano ha tenido un “repunte” en la apicultura en los últimos años. Marta Velásquez, coordinadora de la cadena nacional apícola.

“Todo el mundo piensa que la miel es un producto de exportación y un pago en euros, porque el 75% de la miel que exportamos se consume en la Unión Europea”, dice el experto.

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Velásquez sostiene que la gente solo piensa en miel, cera y propóleo en Guatemala. Sin embargo, se dice poco sobre la polinización, “que es vital para la regeneración del paisaje porque las abejas mantienen la flora nativa del país”.

Guatemala también tiene una abeja endémica llamada “melipona beecheii”, cuyos panales, a diferencia de los tradicionales cultivados en cajas como Muñozin, pueden tener forma cónica, pueden estar dentro de los árboles y su miel es más difícil de obtener.

Los apicultores especialistas en Melipona beechei no se han incorporado a Agrocadena porque el trabajo es más laborioso y menos rentable, dice Velásquez, pero la abeja es más atractiva para el turismo y el carácter favorable del país centroamericano.

Sin embargo, su prevalencia, como otros “simios”, depende de la conciencia de la humanidad, que “ha destruido bosques, no piensa en panales, y tiene un inconveniente que lleva a casos trágicos como en la apicultura de Sacatepéquez”, señaló Velásquez.

Antonio Calzadilla

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