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Luchando contra las mujeres migrantes nicaragüenses en Costa Rica

Durante décadas, Costa Rica ha sido el destino elegido por miles de nicaragüenses que han optado por mudarse allí por razones políticas o económicas.

Un estudio de 2018 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) reveló que desde 2010, las mujeres representan poco más de la mitad de la población inmigrante nicaragüense del país.

Confidencial discutió con tres de esas mujeres el 8 de marzo pasado los desafíos que enfrentan como inmigrantes en Costa Rica.

Wendy Quintero: “Aún queda mucho camino por recorrer”

Wendy Quintero Chavez es periodista y defensora de los derechos humanos. En 2018 firmó un contrato con el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) para ayudar a las víctimas de la represión del régimen Ortega-Murillo.

Sin embargo, en diciembre del mismo año, la organización fue despojada abruptamente de su personería jurídica y declarada prácticamente ilegal. El reportero tuvo que salir de Nicaragua rumbo a Costa Rica para garantizar la seguridad de su vida y la de su familia.

Wendy Quintero: periodista y defensora de los derechos humanos. Foto: Alejandra Padilla / Confidencial

“El rostro de esta lucha es el rostro de una mujer, porque cuando las mujeres nos vamos al exilio, no nos vamos solas, arrastramos a nuestro hijo y a nuestra hija porque son parte de nosotras”, señala Wendy Quntero.

En medio de varios meses en el exilio y la incertidumbre de encontrar un nuevo camino, Wendy se sumó Nunca más [Never again] El Colectivo de Derechos Humanos es una organización fundada por defensores de derechos humanos nicaragüenses deportados a Costa Rica. Sin embargo, señala que no todas las mujeres inmigrantes nicaragüenses han tenido esa oportunidad de ganar reconocimiento por su liderazgo. “Hay muchos lugares donde la igualdad ha mejorado, pero todavía queda un largo camino por recorrer”.

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Wendy destaca que el apoyo mutuo de las mujeres inmigrantes costarricenses es un factor clave para dar visibilidad a todos los obstáculos que enfrentan y las dificultades que enfrentan. “Descubrí que existe una enorme y maravillosa red de solidaridad entre las mujeres”, dice.

Eveling Cuningham: “Somos mujeres valientes”

Eveling Cuningham, de 28 años, se mudó a Costa Rica con sus hijos en mayo de 2018 debido a la crisis política en Nicaragua. “Es duro para todos, y yo no llegué sola, sino con tres hijos”, dice la joven.

Como era difícil encontrar trabajo en un nuevo país, Eveling abrió un pequeño negocio de comida nicaragüense. “Empecé a vender carne asada afuera de mi casa hace dos años y medio”, recuerda.

Eveling Cuningham había estudiado cocina en Nicaragua. Foto: Alejandra Padilla / Confidencial

A principios de 2020, lanzó oficialmente su negocio: “Eve’s Gourmet”, un pequeño restaurante nicaragüense ubicado en San José”.El Pueblo“El centro comercial. Nuestros productos fueron muy bien recibidos tanto por costarricenses como por nicaragüenses”, señala.

Eveling Cuningham es parte pinolera Feria de la Mujer, una red de 20 mujeres inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica que buscan formas de fortalecer sus iniciativas empresariales.

Eveling admira más en las mujeres inmigrantes nicaragüenses sus fortalezas. “Somos admirables, somos mujeres que podemos salir adelante”.

Olguita Acuña: “Hay que destacar el papel de la mujer inmigrante”

Olguita Acuña ensayará para su próximo concierto en Costa Rica. Foto: Alejandra Padilla / Confidencial

“Llegué a Costa Rica el 11 de septiembre de 2018, apenas once días antes de mi cumpleaños, con el corazón en las manos y el ukelele en la espalda”, recuerda la cantante y activista Olguita Acuña.

En Nicaragua, la música había sido solo un pasatiempo para Acuña, pero en Costa Rica se convirtió en una fuente de ingresos necesaria para sobrevivir. “Revisé todos los recursos a mi disposición y tenía un ukelele. Entonces empecé a cantar en la calle, en los bares, y poco a poco me fue conociendo la gente”, recuerda.

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Abrir las puertas como intérprete en un país extranjero no ha sido fácil. “En lo personal sí he sufrido discriminación como mujer, diversidad y cantante”, admite.

“Al principio me veían más como un adorno en el mundo del canto, no como una persona con voz hasta que tuve la oportunidad de hacerlo”, subrayó.

Acuña dice que la música también se ha convertido en su herramienta para condenar la discriminación contra las mujeres inmigrantes y enfatizar su “papel importante” en la sociedad.

“Veo la importancia de empoderar a las mujeres porque cuando nos levantamos entre nosotras, podemos realmente visibilizar nuestros esfuerzos y luchas”, concluye.

Este artículo fue publicado originalmente en español en Confidencial y traducido por Havana Times

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Ernesto Cabanas

Pionero de las redes sociales. Defensor de Internet. Gurú de los zombis. Aficionado al café. Especialista en la web. Practicante de alimentos. Ninja musical de por vida

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