Economía

La clave de la seguridad alimentaria de PHL

De 113 países por Economist Impact y Corteva Agri Science, la edición 2022 del Índice de seguridad alimentaria global (GFSI) clasificó a Filipinas en el puesto 81 en investigación y desarrollo agrícola. El país permaneció en la categoría de desempeño «muy débil» debido a la reducción del presupuesto de investigación y desarrollo del gobierno. El informe encontró que el gasto público en I+D en Filipinas ha disminuido constantemente desde el comienzo del período del informe, y que el acceso a la tecnología agrícola, la capacitación y los recursos es bajo. (Consulte «PHL Trails Asian Peers in Global Food Security Index», en espejo de negocios, 22 de septiembre de 2022).

En general, Filipinas ocupó el puesto 67 en la GFSI, quedando a la mitad de sus pares asiáticos. El país obtuvo una mala calificación en términos de disponibilidad de alimentos y capacidad para adaptarse a los efectos del cambio climático. El informe encontró que Filipinas tuvo el desempeño más bajo en la categoría de sostenibilidad y adaptación debido a la exposición al suministro de agua agrícola, la degradación de la tierra y las amenazas a la biodiversidad marina.

Un país que quiere convertirse en un centro de recursos agrícolas no puede darse el lujo de actuar como solía hacerlo, dados los acuciantes problemas del sector. Se necesitan ideas frescas para que los productores locales puedan aumentar su producción y aumentar la participación de la agricultura en el PIB del país en medio del cambio climático. Y estas nuevas ideas deben provenir de investigadores locales que necesitan apoyo en forma de incentivos y financiamiento adicional.

Muchos expertos han dado la voz de alarma hace unos años de que Filipinas está gastando muy poco en investigación y desarrollo. Según la Administración de Empresas de Finlandia, el presupuesto de investigación y desarrollo del gobierno ni siquiera ha alcanzado el uno por ciento del producto interno bruto. Según datos del Banco Mundial, el gasto en I+D del país fue del 0,32 % del PIB en 2018, inferior al 0,37 % del PIB de Costa Rica.

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Esta aparente aversión al gasto en I+D finalmente perjudicará a Filipinas y dificultará que el país sea autosuficiente en ciertos alimentos. Más importante aún, la nueva administración no podrá lograr su objetivo de convertir a Filipinas en un centro de recursos agrícolas si no puede aumentar el gasto en I+D que ha ayudado a países como Tailandia a convertirse en exportadores de alimentos.

Las Naciones Unidas han propuesto que los países asignen el uno por ciento de su producto interno bruto a la investigación y el desarrollo. Los países que tienen suficientes alimentos y se consideran prósperos, como Corea del Sur, Israel, Japón, Suecia y Australia, han destinado más del 1 por ciento de su PIB a I+D.

Podemos seguir el ejemplo de estos países, especialmente la potencia agrícola de Israel, que gastó casi el 4 por ciento de su PIB en investigación y desarrollo. A pesar de la escasez de agua y la pequeña área agrícola, Israel ha logrado exportar productos agrícolas como nueces y maíz. Filipinas, con más tierra cultivable, puede producir más alimentos no solo para sus residentes sino también para la exportación si el gobierno y el sector privado gastan más en I+D que ayudará a mejorar la productividad agrícola. Los tomadores de decisiones deben recordar que la investigación y el desarrollo son la clave para la seguridad alimentaria del país.

Antonio Calzadilla

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